BLACK CATS BRING LUCK!

¡Bebés! ¡Gatitos bebés! ¡Cachorros!…Siempre igual.
La mayoría de las personas que se deciden a adoptar, (por no hablar de aquellos que siguen comprando animales), suelen buscar un cachorro. Y cuando en las protectoras o refugios de animales preguntamos: ¿Por qué? Las respuestas generales suelen ser:
-Porque son súper-mega-ultra-híper adorables.
-Para poder educarles y adaptarles a nosotros y al hogar con mayor facilidad.
Argumentos que, por un lado pueden tener sentido, pero por otro, quizá no tanto. Según mi experiencia como voluntaria de una protectora de animales y madre de tres maravillosos gatitos, he aprendido que:
1. Son muy adorables, pero crecen en un abrir y cerrar de ojos. Así que mejor adopta a uno mayor, que lleve más tiempo buscando hogar. Un cachorro lo tiene mucho más fácil.
2. Si quieres que el gato se adapte con facilidad, es mucho mejor adoptar un gato adulto cuyo carácter esté ya definido y puedas conocer de antemano. (¡Con los cachorritos nunca se sabe!) Yo siempre recomiendo pasar tiempo con ellos antes de la adopción. Por ejemplo, visitándoles en la protectora y conectando con ellos. Cada animal es un mundo, como las personas. Hay algunas con las que encajamos al instante y otras con las que, simplemente, no. Por ello está bien dedicar un tiempo a conocer a tu futuro compañero de vida. Acariciarle y dejarte hipnotizar por sus mágicos ronroneos. Así como interesarte por su historia: ¿Qué le ha pasado? ¿Le abandonaron? ¿Cuánto lleva en una jaula?, etc.

Por supuesto lo ideal sería adoptar al que más lo necesitase. Independientemente de la edad y de todo. Puedo afirmar por experiencia que son los más agradecidos y que el amor que vas a recibir por su parte es: infinito.

Luego están las personas que no solo buscan cachorros, sino cachorros de colores específicos…(Wow) Una vez en la protectora una señora quería adoptar un gato bebé que fuese blanco y negro, porque según ella: son más amables y educados.
Yo quise invitarla amablemente a que se marchase a una juguetería y comprase un peluche a su gusto. Una compañera me vio la cara y me cogió el relevo antes de que la liase. Solo espero que no le dejasen adoptar ningún gato…
La peor parte de este tipo de prejuicios absurdos, se la llevan sin duda, los gatos negros, aun víctimas de todo tipo de supersticiones. Por eso quiero aprovechar este post para hablar de mis gatos. Tres preciosos gatos negros, que fueron llegando a mi vida poco a poco. Por supuesto yo no elegí el tamaño, el color….ni nada. Simplemente aparecían abandonados o perdidos y yo tenía la suerte de poder adoptarles justo en el momento que alguien me pasaba su foto por WhatsApp o me pedía que les buscase casa.

La primera fue Pelusa. Una amiga la encontró abandonada en un parque de Pozuelo, dentro de una caja de cartón. Se la llevo a casa, difundió su foto por varios grupos y yo me enamoré al instante. Me costó dos días de discusiones con mi madre, conseguir traerla a casa.
Obviamente con la condición de que yo me encargase de encontrarle otro hogar lo antes posible (condición que no pensaba cumplir…). A los tres días mi madre también se enamoró y ahora ya lleva 6 años con nosotras, siendo la reina de la casa.
Al año siguiente otra chica me pidió ayuda con un bebé que había aparecido en el patio de su instituto. Pensé que no me dejarían y le envié la foto a mi madre sin ninguna esperanza, pero ella, ya fan absoluta de los gatos me contestó: ¡vamos a por él!
Y así es como Pis-pás llegó a nuestras vidas, otro precioso gatito negro. Muy muy mágico. Ese mismo verano, empecé a ir de voluntaria a la protectora. A los pocos meses de estar allí, llegó Pompón, una gatita con espina bífida, incontinencia y sorda. Me enamoré de ella según la vi en la jaula. Adoptarla se convirtió en mi principal obsesión, porque sabía que si no, no iba a salir de allí nunca. Tardé cuatro largos meses en convencer a mi madre. Ahora duermen todas las noches juntas desde hace 5 años. No ha parado de ronronear ni un segundo desde que entró en casa. Es el ser más agradecido, fiel y puro del mundo. Yo siempre digo que es un regalo del Universo para aprender lo que es el amor real, verdadero e incondicional. No puedo estar más agradecida de haberla encontrado en mi camino y de crecer cada día a su lado.
Conclusión:

¡¡¡Los gatos negros traen suerte!!!
Adopta siempre al que más lo necesite, con responsabilidad y consciencia.


Eva Mazario
Voluntaria de ABAMA.