Es evidente que lo primero que se siente cuando te enteras de que ha estallado una guerra es dolor, mucho dolor.
Incertidumbre.
La incertidumbre y ansiedad que genera a lo que está por venir. Porque se nos viene una muy gorda…
Por supuesto que no quiero dejar de lado a toda esa gente que lo está sufriendo. Pero los hay quienes lo sufren más aún y son muchísimo más olvidados todavía…
Los animales.
De una o de otra especie. Sin importar. Ellos sí que no son causantes de nada y sin embargo una vez más se han encontrado con una situación aterradora causada por los humanos.
Los animalistas no solo pensamos “pobre gente”, nos quita el sueño todos esos animales que habrán sido abandonados, los que habrán muerto, los que se habrán quedado heridos por el camino…
De hecho das por sentado que la gente en lo último que habrá pensado es en cargar con ellos.
Porque sí, aún hay quien sufre mucho más que los civiles, por mucho que quieras mirar para otro lado, o que ni si quiera te gusten, pero es la realidad. Ellos siempre son los que peor parados acaban en cualquier situación.
Me es inevitable pensar en ellos.
Pero sin embargo, llega el siglo XXI y te da una lección de vida.
Desde el primer día hemos estado viendo como no ha sido así y que esas personas que están huyendo de su país no han dejado atrás a sus mascotas, como entre todas sus pertenencias ellos están.
Como se han llenado de transportines los trenes de evacuación, y de sus animales los búnkers, como se llevan a cuestas durante muchos kilómetros a sus compañeros de vida porque éstos no pueden caminar, bien por estar enfermos, viejitos, o bien porque son tan pequeños de tamaño que no aguantan tanto camino.
Como se han llenado las redes sociales de fotos y homenajes a esas personas que están luchando por ellos.
Esas Personas que se han quedado cuidando de las protectoras, los santuarios, o están evacuando a todos los animales, incluso a los más enfermos. (pero ah, no esperéis ver nada en los medios de comunicación, recordemos que estamos en España. Quizás en otros países tampoco se especifique, pero eso es porque, recordemos, en otros países, está NORMALIZADO no olvidarte de ellos)
Como Europa les ha abierto las fronteras y no les han dejado tampoco atrás.
Porque ahora resulta, que ¡oh! Sorprendentemente, es a nosotros, los españoles, a quienes nos está impresionando esta actitud, quienes no tenemos normalizado que esto ocurra. Volvemos a que somos los españoles los únicos que vemos el mundo animal con los ojos que los vemos.
Nos han llegado imágenes de cómo se rescataban peces ó loros, como en los pasillos del metro, la gente, duerme con su hámster o su conejo…
Como los militares están rescatando animales de los lugares bombardeados.
Como una mujer no ha cesado de buscar a su gato entre escombros, y después de 11 días recuperarlo con vida.
Como el marido de la familia que se ha hecho tristemente famosa por morir mientras huía, ha pedido que le entreguen a sus perros al saber que fueron los únicos que sobrevivieron.
Como las asociaciones y santuarios no han abandonado sus centros y se han quedado a su lado.
Como esas asociaciones están entregando el pienso donado por las empresas.
Como el propio gobierno ha evacuado los diferentes zoológicos del país.
Como una familia ha perdido a sus tortugas y una asociación se ha hecho cargo de ellas.
Como una vez más, nos están demostrando que la vida de los animales importan.
E importa MUCHO.
Nos están dando una lección de vida.
Duele mucho pensar, e imaginarte, que si eso ocurriese en mi país, solo los animalistas seríamos quienes tiraríamos del carro, una vez más. Y además, teniendo que aguantar a esas personas que no entenderían lo que estuviésemos haciendo. Seríamos criticados, criticados y por supuesto boicoteados con millones de trampas por el camino poniéndonoslo muy, pero que muy difícil actuar. Recordemos que a día de hoy, asociaciones de Kabul siguen evacuando animales, y están siendo acogidos en diferentes países como Reino Unido o Canadá, mientras en España, en pleno prime time, esto fue muy criticado hace tan solo unas semanas
Recibimos refugiados, pero solo personas rubias y de ojos azules por supuesto.
A España aún le queda mucho por aprender, abrir su mente y empatizar mucho más, hasta llegar a comprender que son uno más en la familia, que sufren igual que nosotros la separación el dolor y la ansiedad de la situación.
Gracias a los que no os calláis, ni os dejáis minimizar por estos sentimientos.
A todas esas asociaciones que se están jugando la vida por evacuarles en Ucrania, a los que os estáis movilizando para transportarlos y realojarlos. Esta semana han comenzado a llegar a diferentes puntos de España esos primeros animales evacuados.
Me envidian esos países, países en los que supuestamente hemos considerado menos avanzados/desarrollados que España y sin embargo desde hace unos pocos años atrás nos están adelantando por la derecha.
Laura Díaz
Presidenta de ABAMA
